…

lunes, 18 de enero de 2010

It´s natural...

Si bien estamos todos enterados de lo sucedido en Haití en días pasados, hay palabras y hechos vergonzantes que son imposibles de tolerar, sobretodo cuando se trata de acontecimientos como este. 
La naturaleza tiene sus ritmos y formas y funciona de acuerdo a ellas, independientemente si esto nos afecta o no. Lo terrible del caso, cosa que me causó un profundo sentimiento de indignación y  verguenza fue la declaración de un tal fulano llamado Pat Robertson  (predicador, evangelista y líder del Club 700 -aclaro que no sé qué carajos es eso) que me atrevo a reproducir acá con algo de pena: "Terremoto en Haití se debe que este país pactó su independencia con el diablo". Ah claro, si hay de todas las clases de gente, incluyendo a tipos como este que  tienen una explicación para todo, aunque sea ilógica, pero la tienen y se aprovechan del desconocimiento de la gente para hacer gala de su  gran brutalidad divina... porque ni para causar una discusión seria sirven. Y no crean que exagero, pero de verdad es ridículo hacer uso de una creencia de ese tipo, en una época como esta, para justificar que los procesos naturales de este planeta no son más que un castigo del cielo a un pueblo que no conoce la "verdad" de dios. Al fulano Robertson le pudo haber pasado exactamente lo mismo mientras estaba sentado maquinando con cuál cuento fantástico va a cobrar el diezmo con el que mantiene su majestuoso estilo de vida de predicador, que ni siquiera  tiene  una semejanza lejana con el estilo de vida y el trabajo que realizan la mayoría de las personas, que si se parten la espalda a diario para que, en muchos casos, algo de su dinero vaya a parar a las arcas de todo tipo de iglesias con líderes que hacen de cualquier acontecimiento un pecado, de cualquier tragedia natural una obra del diablo y de una gran cantidad de gente su única, divina y permanente fuente de sus ingresos, que tan sólo saben retribuír infundiendo temor, promoviendo la ignorancia y el desconocimiento frente al mundo en el cual vivimos.


miércoles, 13 de enero de 2010

Hablando de hostilidad: normas absurdas Nº1

Bueno, resulta que ayer como a eso de las dos de la tarde, atacada por la pereza de tener que salir, cuando ya la ciudad está de nuevo con sobrecupo de personas, no decido (si no que me toca) ir en metro, para finalmente llegar a la Estación Niquía, subo en la Estación Exposiciones donde debo esperar a alguien, pasa un tren, pasa el otro... En fin, alguien no llega, pero tan sólo he esperado cinco minutos y enseguida se acerca un policía bachiller y me dice: "¿Usted está esperando a alguien?" yo 'pos le contesto que sí y el sujeto me dice: "No, es que no puede esperar en la plataforma porque está prohibido..." Muero de la ira, el bachitonto me muestra la norma y pienso: si alguien se hubiera tratado de lanzarse a los rieles, este idiota lo hubiera dejado tirarse nada más por estar pendiente de mí y de la norma sin sentido. Para mi desgracia, no tenía el teléfono de la persona a la cual esperaba y a pesar de oponerme con todas mis fuerzas a esperar arriba, me tocó bajar con el casi tombito detrás. Si  hubiera tenido mayor fortuna, claro que no hubiera subido en esa cosa,  me hubiera largado y habría tomado un taxi, pero no, ya tenía empacados mis dos tiquetes integrados y me quedaba lo preciso para el tabaco y los demás buses. Claro, que me tocó hacer, parcharme en uno de los balcones de abajo, a mirar el puentecillo y aguzar el oído a ver cuando llegaba otro tren de tres vagones, atestado de gente donde sólo debía buscar a alguien ¡Maldita sea! -pensaba yo, maldito cretino, hp bachiller... ni siquiera es un pobre de los cientos de empleados del metro, a  los cuales le toca callarse las  malas cosas que le pasan a la gente allí, para que ésta a su vez, vuelva a subir a su disfraz de "calidad de vida" donde nadie puede hacer nada, tiene que andar apretujado, soportar malos olores, manoseadas y empujones. Tuvo un final afortunado, encontré a quien esperaba y llegué a donde iba, aunque el metro no me llevó a mi "destino" sino a mí ira incontrolable e inevitable cuando alguna gente está tan sólo está pendiente de lo que no debería, (como para hacerse el responsable) en cambio cuando se necesitan soluciones urgentes, las personas  de este tipo salen corriendo y le achacan la responsabilidad a otro.

NOTA IMPORTANTE
Ah, recuerden si van a esperar a alguien en la estación cualquiera del metro, sólo pueden estar sobre la plataforma hasta llegar el segundo tren: después ¡paila! Si se marean, están acalorados y quieren tomar un sorbo de agua, tampoco es posible... Y ni se le ocurra tomar una cerveza, un trago de vino ocualquier cosa antes de treparse allí, 'pos porque la gente en estado de "ebriedad" tampoco puede subir al metro, "el metro lo lleva a su destino" que es conformarse con todo, el metro es "calidad de vida"

miércoles, 6 de enero de 2010

Medellín So Pure...

Así está Medellín por estos días, sola, amable (en apariencia) y un  poco libre de taxistas locos, por el momento, quedamos atrapados en esta ciudad los pobres ocupados o en el peor de los casos: los pobres desocupados, que no pudimos ir de paseo en enero como es costumbre. Sin embargo, todo tiene sus ventajas, a esta pequeña urbe provincial le hacía falta un respirito, a ver si al menos yo dejo de quejarme de lo mal que me "trata" esta ciudad. Se puede caminar tranquilamente, imaginen: uno puede ir por el parque Lleras  o cualquier otro lado y no se ve ni una grilla típica, ni seudo-traqueto y tampoco a la clase media exhibiendo un carro corriente en un parque, así que con acceso restringido (felizmente) a esas gentes que no queremos que se exhiban más, uno por fin puede tomar, apaciblemente, un café o una cerveza mientras conversa.  Hay menos pitos de automóvil, menos taco, a donde sea que uno vaya le atienden bien, no  rápido, sino a tiempo. Veo que esta ciudad no es tan hostil, hasta el aire se siente un tanto más limpio...

martes, 5 de enero de 2010

Una epidemia de fin de año...

Después de la época decembrina, muy difícil por cierto, sobretodo cuando uno desea con todas sus fuerzas hacer algo productivo para no sentir que el  año se le fue en vano... pero que va, suena el teléfono y alguien dice: "-parce ¿vamos pa' una frijolada donde el mono?"Así que uno de va al dichoso sancocho cargado con música de "parranda", aguardientes y demás licores interminables (se acaba una garrafa o una botella y depronto aparecen otras tres: ¡plop!, y claro, para ese momento ya he dejado de hacer lo que con tanto ánimo empecé. Al siguiente día, ni modo de seguir porque el guayabo y la pereza atacan de forma insistente todo intento de trabajar, estudiar o todo lo que se le parezca. Al día siguiente, después del día siguiente uno logra acumular fuerzas de donde no las tiene, comienza a trabajar, se acaban los cigarrillos así que uno se dirige a la tienda a comprar tabaco y enseguida, como en la tienda son amigos tuyos: "-hey vamos a hacer un asado ya ¿entonces qué, va a caer?" Y uno ni corto ni perezoso, piensa un tan sólo poco en lo que estaba haciendo... y dice: ah, mañana sigo... y qué va,  lo que sigue uno es enfiestado, posteriormente enguayabado, crudo y amanecido, de nuevo con ganas de hacer nada.
Cuando el panorama parece pintar mejor, resulta que es la final y mi querido DIM puede quedar campeón, claro voy corriendo a la mismísima tienda de días anteriores donde hay muchos hinchas del DIM, trago y carne. Veo el partido, para felicidad de los incondicionales hinchas y por supuesto, la mía, nuestro equipo es campeón, se toma cuanto se puede en menos de una hora que las copas vienen de todos lados,  acompañadas de abrazos y gritos de una cantidad descomunal de personas desconocidas y eufóricas.
A pesar del buen ambiente, decido valientemente ir a casa de nuevo a trabajar en la dichosa animación... ¡y  qué! pues resulta que la pólvora, los pitos y los transeúntes locos no dejan que uno se concentre en otra cosa que no sean ellos.
Finalmente, decido pasar una navidad tranquila, lejos del bullicio y del alcohol y más cerca de mi supuesta labor, así que comienzo el día y lo termino dándole parejo a lo de la animación, aunque el teléfono había sonado en la tarde, con posterior invitación pa' sancocho bebible me atreví a decir que "yo temprano no iba a ir por allá". Así que como a eso de las 4 de la tarde, sin almorzar, con los ojos cuadrados, llenos de nodos, polígonos, acompañado del cerebro atestado de renders y demás, no me aguanto más el compu y salgo a la calle con unas ganas enfermas de callejear, almuerzo y me tomo tres o cuatro medias de aguardiente, una por hora, con el pollito (que ya no es tan pollito), tomo consomé, como patacones con hogao'... y me voy a andar por medellín, otra media, algunos amigos en la calle. A la 1am estoy en el parque Lleras tomando tinto, no quiero ni un trago más. A las 3am, duermo felizmente...
Al día siguiente no se me ocurre otra cosa que abrir el messenger y ver t.v, las poquitas que me agradan ni las están presentando, así que vuelvo al compu.
Resumiendo, diciembre es una época agradable, aunque estresante, pero definitivamente la disciplina pierde todo significado y validez debido al la epidemia fiestera de fin de año, así por ejemplo hice 2 segundos de animación más, no me rindió ni un pepino, pero pa' que: pasé bueno, al igual que el resto del año.