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lunes, 30 de julio de 2012

Desde 1983, arruinando vidas.

Este bebé nació muerto.

-Lo único que no recuerdo es con exactitud, en que momento me di de baja, si con el patadón de mi padre o con la desesperación de ocupar más espacio en un mundo que ya no recibe las cosas buenas que uno podría dar.

Cierto, dime qué es cierto amigo, que no arruiné la vida de mi mamá cuando me recibió en brazos, dime que no arruiné la vida de mi madre haciendo que sus últimos 20 años de vida me los dedicara a mí.
Dime ahora, que tuvo que mantener un bulto a su lado para que yo creyera que podría tener una familia.
Dime:
-¿Quién le dio la espalda?
-¿Quién hizo que dejara de creer en dios?
-¿Quién esperaba con angustia su llegada llorando en la ventana?
-Dime ¿Por qué crecí esperando, sin querer, la muerte?
-Dime¿Por qué dejé de soñar con mejores cosas para todos?
Dime amigo ¿Por qué, ahora que estoy triste, no puedo hablar?

¿Por qué arruino la vida de la gente a la que quiero?
Debe quedar un humano que me diga
que ser noble no sirve de nada...

-Hey ¡despierta! Que los sueños no son para ti. La tranquilidad es para los que han vivido mucho... No para ti.

Las palabras son para el que las dice y nunca escucha, no son para mí.
Tampoco es para mí, el reconocimiento que se me pueda dar por hacer las cosas bien.

Lo único que sigue, en este niño muerto, es ir contra la corriente... Ya saben ustedes, que siempre termino igual de ahogada y dando vueltas en circulo y dándome duros golpes pensando que todo pueden mejorar... Menudo estrellón diario.

Y por último, cuando uno sabe y se hace el bobo, el prudente, el sordo y termina olvidándose de todo, para que terminen diciéndole a uno: que uno le hace mal ¡Qué novedad!