Por Camilo Jaramillo (Don Pollo)
Increíble que mucha gente se identifique con los equipos poderosos pero mediocres como Brasil; opacando los equipos que de verdad guerrean en este mundial, como Ghana Costa de marfil o Corea del sur, hasta el mismo Sudafrica, y las maravillosas individualidades de dos o tres argentinos que salvan el show mundialista ante un Brasil aburridor y torpe en su juego versus la República Popular de Corea (El mas débil equipo del mundial al lado de Nueva Zelanda).
Con este Brasil, que además tiene la complacencia de las poderosas directivas de la FIFA, esperemos a ver qué pasa cuando se enfrenten con Portugal y Cote d'Ivore (para no redundar el Marfil). Nada raro que ganen, pues son efectivos, si, efectivos pero de poco talento individual y aburridores para ser vistos, no como el Brasil de Tostao, Socrates, Rivelino, Gerson, Jairzinho, Clodoaldo, Pelé y otros, el del 70. Acercándonos mas en el tiempo el Brasil del 94 con Bebeto, Jorginho que ya comenzaba a hacer hincapié más en la efectividad que en el juego vistoso, ahí donde el volante Dunga aprendió lo que aplica (y le exigen) en este equipejo actual, del que son seguidores millones de personas solo por moda y cliché.
Sin embargo en ese Brasil del 94 brilló el genio de Zinho y el espectáculo lo pusieron Romario y Bebeto.