Me arruina estar pensando siempre en los demás, siempre
termino siendo villana en una tierra de gente buena. Tratar de tranquilizar a
la gente y pensar en lo que les haría felices no le importa a nadie y soy
siempre un animalito que termina convirtiéndose en una plaga. Trato de ser
cuidadosa y prudente, casi al extremo y después de tanta paciencia: mi apellido
pasa de ser Oliva a Ojiva. ¡Feliz año nuevo!
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