Denigrar de los sábados en la noche, está mál, yo lo sé, aunque pensándolo bien la que estaba mal era yo. Ni siquiera era tarde y como no osé ir a la calle, me quedé en casa... compartiendo programas de televisión, cediendo el control remoto. Todo iba bien hasta que a la otra persona le dió por dejar nick y "obligarme" (pues claro: yo con ese frío no iba a saltar de la cama) a ver Sponge Bob, una cosa cuadrada y grotesca, que parece con un acné incurable, cuyos dibujos flácidos no sé por qué siempre parecen condones parlantes en situaciones bizarras, pobre niños... en fin, me resigné a ver semejante mierda y supuse que enseguida iba a terminar mi tragedia, cuando no, no terminaba, en cambio aparecia una imagen real de David Haselhoff con su clásica pantaloneta de baño naranja, su piel bronceada y brillante (que asco), llevando sobre su hombro al infeliz Sponge Bob por el mar hasta dejarlo en Playa Bikini... de verdad, no saben cuan horrible fué el primer plano del pecho de Haselhoff con Sponge Bob y un amiguito suyo metido en el medio de su pecho inmundo, con el cual se disponía a enviarlo al fondo del mar, que patraña... y con ese frío a dónde más iba a meterme yo...Por fortuna, minutos más tarde resolvieron todos sus conflictos y se terminó esa cosa, pude tomar el control remoto y subir hasta llegar al canal donde presentaban Pucca, niña que no habla como yo, intensa como la mayoría de las nenas (hay que reconocerlo), donde los dibujos se sonrojan mucho y donde la identidad de los personajes no es ambigua, son lo que son y ya. No les puedo describir el capítulo de Pucca porque claro: perdí veinte minutos viendo al infeliz perdedor de Sponge Bob, con sus comentarios e imagen grotesca y cuando llegué a Pucca: una escena y luego el roll de créditos.
Un dibujo está destinado al descubrimiento de la maricada que puede llegar a alcanzar un niño y el otro al descubrimiento de lo humano que un niño puede llegar a ser ¿qué prefieren?
Aunque lo humano puede ser grotesco, no hay que mostrarlo así, así no.
