Sin mucho que celebrar los últimos días, me uno a otras celebraciones de algunos amigos... bueno ahí se celebra algo. Lo importante del asunto "celebrar" es que pasan cosas extrañas:
a. cuando uno se dispone a celebrar que algo le salió bien pueden pasar tres cosas: 1. Que uno se enferme, por la mala suerte que trae uno encima. 2. Que uno se emborrache con dos cervezas y de lora (la más imposible de todas) o 3. que no se emborrache nunca, ni siquiera se "entone" y ¡plup! se le acabe el billete, el tiempo (toca madrugar) y uno con ganas de más trago y fiesta... ¡no!
b. cuando la celebración es de algún extraño sujeto, ajeno a los afectos propios suele pasar que uno se emborracha antes de lo esperado, se esconde bajo una silla (por lo aburrido del asunto) y en el peor de los casos, cuando uno huye de la celebración aburrida, resulta que no hay ni un alma conocida para remediar la tragedia anterior durante la siguiente parte de la noche. Grrr
c. cuando la celebración es de amigo, uno lo pasa mejor (el momento) que cuando la celebración es propia... se puede conversar, reír y todo lo demás con mucha confianza, así que, pues si uno se va cayendo de la perra es un motivo para reírse y hablar sandeces... uno no es el adulado, ni el adulador, sólo compañía decente y un acompañante anónimo (alcohol). De los imprevistos de la embriaguez, no se puede hablar, precisamente por eso: son imprevistos.
d. A veces, no hay nada que celebrar (aparentemente), uno se encuentra con algunos amigos esporádicamente en algún lado y así como si fuese magia, se celebra el hecho de encontrarse con gente amable, entretenida y demás. Y se fue la noche, con buena música, buenos amigos, sin tropeles idiotas, comida... ah... y por supuesto el "anónimo" que no puede faltar en sus diferentes formas: ron, vodka, aguardiente, tequila y una que otra cerveza. Esas son las mejores celebraciones, las que vienen incluidas en tu pack de buena suerte, encontrarse con quien es, a la hora que es y el día que es... sin planes, ni reservaciones (a excepción del guayabo que casi siempre aparece, esa es la parte anónima y oculta del alcohol, muy evidente el día después en el cuerpo de uno, ese si tiene un espacio reservado).
El guayabo nunca da lecciones, y uno eh... pues se la pasa "celebrando".
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