¡Ahsssi! (Gripe)
Hay gente con la que definitivamente no se puede hablar, los problemas de comunicación siempre llevan a lo mismo y demuestran siempre dos cosas, que en realidad son una:
Primera: Hay gentes con un ego tan grande, pero tan grande que el significado de la palabra perfección les queda pequeño… al lado de su grandeza lo cual demuestra la
Segunda: la verdad es que tienen un ego atrozmente pequeño e insignificante, sólo lo usan para defenderse de cualquier cosa que nada tenga que ver con ellos y criticar todo lo que no les parezca de su banal agrado.
Seguro que nos ha pasado, encontrarnos con gente a la que no se le puede decir nada, porque, más inmediato que ya, creen que uno los está regañando o criticando y atacando (¡vaya que curioso! usualmente tienen un ego tan bajito que les todo les duele más). La gente que se lo toma todo personal, al parecer no piensan y no tienen ni la valentía, ni la sensatez, y mucho menos la humildad y el cerebro para asumir que una sugerencia o un comentario es sólo eso, no es ni una bala, ni un puño, un insulto y menos una falta de respeto. No se puede negar que hay gente torcida, que quiere pasar como el que le hace a uno favor, pero uno sabe que lo hace con mala intención, son groseros y ofensivos, eso es notorio y a mí me pasó mucho con alguien cuya intención era fastidiarme, diciendo todo de la peor forma que encontraba para hacerme quedar en ridículo y quedar como la buena del paseo… no sé, que digo… esa es su naturaleza y ella nunca se equivoca con nada, el equivocado o el culpable siempre es uno, sí como no... Por fortuna ya no ando con gente cuya vida es tan perfecta y como nunca les pasa nada trascendental se dedican a montársela a uno. No es difícil diferenciar eso, una cosa es cuando le importas a alguien y otra cuando alguien tiene el propósito de atacarte.
Así que, a los que me conocen saben que no se hace con esa intención, al contrario, si a uno le interesara que no pasara a mayores pues se quedaría callado o diría “si, si está bien… (Mientras uno de verdad piensa: sígase cag@ndo en todo)”. Esas cosas se hacen (así suene a mamá) cuando uno preocupa por alguien a quien estima y piensa que podría hacer más y mejor, y alguien a quien, seguramente, uno no quiere que la frustración se le aparezca en algún momento tardío de su vida, no se dé ni cuenta que está evidentemente frustrado y continúe pensando: “lo grande que es y que no está frustrado por nada” Sí claro, sólo alguien igual, cosa difícil, se creerá semejante buque…
De verdad, creo que se está más cerca de la “perfección” cuando se es consciente de los errores que se cometen, no se está más cerca de la “perfección” cuando uno se equivoca y ni siquiera cae cuenta… Imaginen en qué estado estaría la ciencia, por ejemplo, si nunca hubiesen considerado y reflexionado sobre los errores y la posibilidad rectificarlos.
Esto sería como que una pastilla nos sabe bueno, es bonita, barata, pero no nos sirve pa’ lo que debería servir.
Hay gente con la que definitivamente no se puede hablar, los problemas de comunicación siempre llevan a lo mismo y demuestran siempre dos cosas, que en realidad son una:
Primera: Hay gentes con un ego tan grande, pero tan grande que el significado de la palabra perfección les queda pequeño… al lado de su grandeza lo cual demuestra la
Segunda: la verdad es que tienen un ego atrozmente pequeño e insignificante, sólo lo usan para defenderse de cualquier cosa que nada tenga que ver con ellos y criticar todo lo que no les parezca de su banal agrado.
Seguro que nos ha pasado, encontrarnos con gente a la que no se le puede decir nada, porque, más inmediato que ya, creen que uno los está regañando o criticando y atacando (¡vaya que curioso! usualmente tienen un ego tan bajito que les todo les duele más). La gente que se lo toma todo personal, al parecer no piensan y no tienen ni la valentía, ni la sensatez, y mucho menos la humildad y el cerebro para asumir que una sugerencia o un comentario es sólo eso, no es ni una bala, ni un puño, un insulto y menos una falta de respeto. No se puede negar que hay gente torcida, que quiere pasar como el que le hace a uno favor, pero uno sabe que lo hace con mala intención, son groseros y ofensivos, eso es notorio y a mí me pasó mucho con alguien cuya intención era fastidiarme, diciendo todo de la peor forma que encontraba para hacerme quedar en ridículo y quedar como la buena del paseo… no sé, que digo… esa es su naturaleza y ella nunca se equivoca con nada, el equivocado o el culpable siempre es uno, sí como no... Por fortuna ya no ando con gente cuya vida es tan perfecta y como nunca les pasa nada trascendental se dedican a montársela a uno. No es difícil diferenciar eso, una cosa es cuando le importas a alguien y otra cuando alguien tiene el propósito de atacarte.
Así que, a los que me conocen saben que no se hace con esa intención, al contrario, si a uno le interesara que no pasara a mayores pues se quedaría callado o diría “si, si está bien… (Mientras uno de verdad piensa: sígase cag@ndo en todo)”. Esas cosas se hacen (así suene a mamá) cuando uno preocupa por alguien a quien estima y piensa que podría hacer más y mejor, y alguien a quien, seguramente, uno no quiere que la frustración se le aparezca en algún momento tardío de su vida, no se dé ni cuenta que está evidentemente frustrado y continúe pensando: “lo grande que es y que no está frustrado por nada” Sí claro, sólo alguien igual, cosa difícil, se creerá semejante buque…
De verdad, creo que se está más cerca de la “perfección” cuando se es consciente de los errores que se cometen, no se está más cerca de la “perfección” cuando uno se equivoca y ni siquiera cae cuenta… Imaginen en qué estado estaría la ciencia, por ejemplo, si nunca hubiesen considerado y reflexionado sobre los errores y la posibilidad rectificarlos.
Esto sería como que una pastilla nos sabe bueno, es bonita, barata, pero no nos sirve pa’ lo que debería servir.
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